domingo, 17 de abril de 2016

Mural colaborativo ➢ Los túneles olvidados.

Aquí queda el enlace al mural colaborativo que hemos realizado sobre la I Guerra Mundial en clase de Historia. Mi pequeña contribución: Los túneles olvidados.

http://padlet.com/ana_llorach/pl5ko3vexued/wish/104834591 ⇜


Al hablar de la 1GM, casi nunca imaginamos que también pueden haber señales de este hecho a unos pocos metros más abajo de nuestros pies.
Como las numerosas figuras y grabados que tallaron los soldados alemanes, que crearon unos peculiares túneles, durante esos largos meses que pasaron bajo tierra, dedicándose a escuchar para poder detectar a las tropas enemigas, que en ocasiones cavaban túneles para sorprenderlos con ataques desde abajo.
He elegido este recurso para que nos adentremos en una cara de la historia de la Gran Guerra que pocos conocen, y que, considero, puede ser interesante.

Entrada a los túneles

lunes, 28 de marzo de 2016

Antoni Gaudí


Antoni Gaudí i Cornet fue un arquitecto catalán nacido el 25 de junio de 1852. Realmente no está muy claro el lugar exacto de su nacimiento, pero se dice que nació en Reus o en Riudoms, una pequeña población cerca de Reus donde su familia veraneaba.
Ha sido reconocido internacionalmente como uno de los arquitectos más prodigiosos, además de uno de los máximos exponentes del modernismo.

Casa Batlló
Provenía de una familia de caldereros (se dedicaban a la construcción o mantenimiento de depósitos, estructuras metálicas, cisternas, etc...), lo que le permitió adquirir una gran habilidad para tratar el espacio y volumen al ayudar a su padre y a su abuelo en el taller. Fue su facilidad para concebir los espacios y la transformación de materiales la que lo llevó a convertirse en el gran genio de la creación de edificios que más adelante demostraría ser.

Gaudí fue un niño de salud delicada, lo que hizo que se viese obligado a pasar largas temporadas de reposo en el mar de Riudoms, donde pasaba las horas contemplando la naturaleza, la que consideraba su "gran maestra y transmisora del conocimiento más elevado por ser la obra suprema del Creador". Así encontró la esencia y el sentido de su arquitectura, pues intentaba seguir los mismos patrones de lo que se encontraba en el exterior para transmitirlos a sus obras, respetando siempre sus leyes.

Detalle del parque Güell


En 1870 se trasladó a Barcelona para estudiar arquitectura, lo cual compaginaba con su trabajo en varios empleos, que necesitaba para pagarse los estudios. Al finalizarlos, el director de la Escuela de Arquitectura declaró: “No sé si hemos dado el título a un loco o a un genio, el tiempo lo dirá.” Una vez obtenido el título, Gaudí se estableció en la calle del Call en Barcelona e inició su inconfundible legado arquitectónico, gran parte del cual es considerado Patrimonio de la Humanidad. Durante su etapa de madurez sus obras maestras fueron sucediendo unas tras otras: la Casa Vicens, la Torre Bellesguard, el parque Güell, la restauración de la catedral de Mallorca, la iglesia de la Colonia Güell, la Casa Batlló, la Casa Millà (o conocida más popularmente como La Pedrera) y, finalmente, la Sagrada Familia, que no llegó a terminar y que aún hoy sigue en obras.
Murió el 10 de junio de 1926 atropellado por un tranvía mientras, como cada anochecer, se encaminaba a la Sagrada Familia desde la iglesia de Sant Felip Neri.
Dos días después, el 12 de junio de 1926, fue enterrado con presencia de grandes multitudes que quisieron darle el último adiós, en la capilla de Nuestra Señora del Carmen de la cripta de la Sagrada Familia.

Hoy en día, la obra de Antoni Gaudí es mundialmente reconocida por el público en general y por los arquitectos e historiadores del arte como creación genial, es decir, la obra de un auténtico creador; y así lo atestigua la UNESCO al otorgarle a buena parte de sus edificios la categoría de Patrimonio de la Humanidad.
Principales y más famosos edificios construidos por Gaudí
De izquierda a derecha: Casa Vicens, Casa Batlló, la Sagrada Familia, Parque Güell y Casa Millà

domingo, 13 de marzo de 2016

Murcia en el s. XIX.

En el s. XIX Murcia continuaba siendo una ciudad apegada a su huerta, los cambios se sucedían lentos pero modificaron definitvamente la forma de vida de sus gentes y el paisaje de la ciudad.


El Puente Nuevo o de Hierro, como también se le conoce, fue diseñado por el ingeniero José María Ortiz a finales del s. XIX; comenzando su construcción en el mes de abril de 1889, finalizando las obras en enero de 1902.
Mercado de la plaza de Santo Domingo
El Cantón de Cartagena
Cartagena fue el cantón más atrevido y posiblemente determinante en la resolución final de la Primera República Española. Su aventura duró 6 meses durante 1873 y 1874.

El proyecto cantonalista es rechazado por las Cortes y dimite el presidente Pi i Margall el 18 de julio, por su oposición a reprimir el movimiento cantonal.

Las Cortes nombran entonces nuevo presidente a Nicolás Salmerón, quien erradicó los cantones independientes entre el 26 de julio y el 8 de agosto, mediante el envío del ejército a las zonas sublevadas.
















El 12 de julio de 1873, los revolucionarios se hacen con el gobierno civil, el militar y entran en el Ayuntamiento de Cartagena, nombrando una Junta con el nombre del Cantón Independiente de Cartagena y toman el control del arsenal y del puerto, donde estaba amarrada la mayoría de la flota española, la cual se une a la sublevación.
En el Castillo de Galeras se iza la bandera cantonalista, una bandera turca que una vez pintada de rojo la media luna y la estrella, se identificará con el Cantón.

Poco después, el revolucionario murciano Antonio Gálvez y el general Juan Contreras, Roque Barcia y otros miembros destacados del movimiento revolucionario llegan a Cartagena.
El cantón de Cartagena permaneció independiente del Gobierno central por el poder de la Flota española asentada en su puerto, y debido también al sistema de fortificaciones de la ciudad.
Cartagena era en ese momento un país independiente y tenía moneda propia (se acuñó el Duro Cantonal), con lo que pretendían costear los gastos generados durante el periodo de lucha por su independencia. El gobierno independiente se puso en contacto con el de Estados Unidos y solicitó su ingreso en la Unión y le pide ayuda para mantener su independencia frente al poder centralista de Madrid. Los americanos estudiaron seriamente la propuesta, pero su resolución llegó tarde.

Después de seis meses de asedio, Cartagena se rinde el 12 de enero de 1874 por la conquista del general José López Domínguez. Se condenó a muerte a los culpables de rebelión y muchos huyeron al exilio en Argelia. La ciudad fue devastada por un intenso bombardeo, que destruyó el 70% de los edificios de Cartagena.

En la actualidad existe el Partido Cantonal de Cartagena, e incluso se siguen celebrando actos para conmemorar el Cantón, como la celebrada el pasado verano de 2015. Al rededor de unas 200 personas se reunieron en la plaza del Ayuntamiento para conmemorar la sublevación cantonal del año 1873 con el izado de la bandera roja del Cantón de Cartagena. El emblema fue izado en un acto solemne por el propio alcalde de la ciudad portuaria, José López.
Además, por primera vez en un evento oficial del ayuntamiento de Cartagena, sonó el cante hegemónico y representativo de la Ciudad de Cartagena, la cartagenera, a cargo de un cantaor y un guitarrista.

La Flaca, la República y los masones.

Viendo ésta imagen podemos ver que están escritos los derechos del hombre y el ciudadano, pero si nos paramos a analizarla, podemos encontrar numerosos símbolos que pueden ser relacionados con sectas masónicas. Veamos solo algunos de ellos:
2. Triángulo luminoso: Inspirado, tal vez, en el tercer ojo de las tradiciones metafísicas orientales. Representa una divinidad pagana, asociada a la Razón Ilustrada. El ojo que todo lo ve es de origen pagano, y es el mismo del billete de un dólar americano. Está relacionado con el Ojo de Horus en la mitología egipcia.
3. Ángel: De vestimentas blanca y rosada, simboliza una superación de una etapa, una sublimación y elevación a un estado más perfecto.
5. Gorro frigio: proviene de Frigia, en Asia Menor (Turquía) y se relaciona con el culto del dios persa Mitra. En Roma era el símbolo de los libertos y también lo adoptaron los asesinos de Julio Cesar, en la independencia de Estados Unidos y en la Revolución Francesa se convirtió en símbolo de la libertad.
6. Fasces: Varas enrolladas en forma de cilindro con un hacha en la punta superior, representaba en la antigüedad el poder de los reyes etruscos; fue adoptado por los romanos desde los tiempos monárquicos hasta la era imperial. Las fasces eran transportadas al hombro por una guardia designada que acompañaban a los magistrados como símbolo de autoridad y de su capacidad para ejercer la justicia. En la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, las fasces no tienen un hacha de doble cara sino una lanza; tenían un valor semejante del Arca de la Alianza en Israel.

Durante el Sexenio Democrático (1869-1876) la libertad de prensa permitió el nacimiento de la revista satírica la Flaca, que expresaba inquietudes populares en relación a la política.
Dentro de ésta revista era común encontrarse caricaturas referentes a esos temas, entre las que destacan las de Tomás Padró Pedret. Y curiosamente, gracias a éstas, daría lugar la iconografía de la República en España basándose en modelos franceses.

En ésta imagen vemos a la libertad, representada como una mujer, guiando al pueblo de Delacroix.
Es una alegoría de la República Española en la que podemos ver al pueblo corriendo tras la mujer, pasando por encima de los cuerpos de la gente que dio su vida para conseguir su libertad.
Aquí nos deja claro la realidad de aquel tiempo, donde hubieron guerras y realmente lucharon por la República.
Es una representación clara, sin adornos, de lo que pasó.



Por otro lado, tenemos ésta otra alegoría, en la que vemos a otra mujer, que representa el pueblo, la libertad y la República. Aparece alada, símbolo de la victoria y es herencia de la cultura clásica, al igual que la corona de laurel, usada por reyes y emperadores romanos; con un gorro frigio, que ya vimos lo que era; con un pecho al aire, símbolo del carácter maternal de la figura; vestida con una túnica roja, una forma de representar a España; y decorada con numerosos símbolos al rededor que hacían referencia a diferentes temas de la República y de lo que estaban viviendo en aquella época. Son símbolos que por entonces eran conocidos por todos, por lo que era fácil hacer llegar el mensaje.
Vemos que ésta ilustración es una alegoría de la República mucho más metafórica y simbólica que la anterior. Mientras que en la otra deja claro lo que estaba ocurriendo, sin tapujos, ésta es mucho más irónica, de alguna manera, y algo más camuflada.


"—Paciencia, señores, y todo se andará... Por de pronto se sabe que en este país no puede haber república ni monarquía... ¿Le parece a ustedes poco el descubrimiento?"

Es una caricatura de La Flaca que se burla de la disputa política existente después del reinado de Isabel II (La Gloriosa) entre monárquicos y republicanos. Un documento que satiriza el desconcierto de España ante ésta situación.
Vemos al pueblo español a la espera de una decisión clara de quién gobernaría el país.

sábado, 5 de marzo de 2016

El desarrollo industrial.

Exposición Industrial es el nombre genérico de varias exposiciones de gran importancia que han sido celebradas por todo el mundo desde la segunda mitad del siglo XIX.
Las exposiciones universales nacieron con el fin de dar a conocer nuevos adelantos de la industria, el comercio y las artes, para favorecer el progreso técnico e industrial, reforzar los intercambios y las cooperaciones común entre las naciones.
Si bien es cierto que antes de 1851 —año en el que nació el concepto "Gran Exposición" como tal— se dieron un cierto número de exposiciones internacionales —aunque de carácter más restrictivo y que trataban de temas más concretos—, no fue hasta que se llevó a cabo la idea del Príncipe Alberto que dichas exposiciones tomaron la noción que hoy día conocemos, con la intención de mostrar el progreso de la humanidad y los logros de todos los pueblos del globo.
La primera Exposición Universal, como ya se ha dicho, tuvo lugar en Londres en 1851. París organizó seis Expos brillantes de 1855, 1867, 1878, 1889, 1900 y 1937. Entre las ciudades que ha sido sede de otras grandes exposiciones se encuentran: Viena (1873), Nueva York (1853), Barcelona (1888) Bruselas (1897) y Saint-Louis (1904).

Está claro que esto significó una muestra del gran progreso que se vivía en aquellos tiempos.
Pero, por otra parte, si nos damos la vuelta y observamos con un poco más de atención, podemos cuestionarnos la noción del progreso.
Los menores han sido explotados laboralmente a lo largo de la historia. En Inglaterra dominó esta situación durante la Revolución Industrial: algunos menores trabajaban hasta 16 horas diarias en condiciones incluso peligrosas.
“En esta fábrica trabajan mil quinientas personas, y más de la mitad tienen menos de quince años. La mayoría de los niños están descalzos. El trabajo comienza a las cinco y media de la mañana y termina a las siete de las tarde, con altos de media hora para el desayuno y una hora para la comida. Los mecánicos tienen media hora para la merienda, pero no los niños ni los otros obreros (…).
Cuando estuve en Oxford Road, Manchester, observé la salida de los trabajadores cuando abandonaban la fábrica a las doce de la mañana. Los niños, en su casi totalidad, tenían aspecto enfermizo; eran pequeños, enclenques e iban descalzos. Muchos parecían no tener más de siete años. Los hombres en su mayoría de dieciséis a veinticuatro años, estaban casi tan pálidos y delgados como los niños. Las mujeres eran las de apariencia más saludable, aunque no vi ninguna de aspecto lozano (…). Aquí vi, o creí ver, una raza degenerada, seres humanos achaparrados, debilitados y depravados, hombres y mujeres que no llegarán a ancianos, niños que nunca serán adultos sanos. Era un espectáculo lúgubre (…)”
Charles Turner Thackrah. Los efectos de los oficios, trabajos y profesiones, y de las situaciones civiles y formas de vida, sobre la salud y la longevidad. 1832.

La idea principal que quiere transmitir este texto es las condiciones de trabajo nefasta, inhumanas, en las que trabajaban aquellas personas, como las jornadas agotadoras, la falta de higiene y seguridad, la explotación infantil, los bajísimos salarios, etc. Además de su opinión, y el querer transmitirnos lo que él, Charles Turner Thackrah, presenció y que le impactó tanto.

Y ahora, analicemos lo que hemos visto.
Foto tomada en París, con la base de la Torre Eiffel y parisinos de la época paseando a sus pies.
La fotografía da la sensación de una ciudad tranquila, bonita, de buen ambiente, con habitantes de buena vida, tal vez de la burguesía, que pasean sin preocupaciones disfrutando del paisaje y el sol parisino, y de una de las mayores obras arquitectónicas del planeta.
Y como sabemos, es verdad que la época fue de grandes avances industriales, entre los que destacan la famosa Torre Eiffel. Se inventaron, además, máquinas que aligeraron el trabajo en las fábricas, y máquinas como el ferrocarril que ayudaron al comercio y al transporte —entre otras cosas—. Todo ayudado por el gran descubrimiento de la máquina de vapor. Pero no todo era la tranquilidad que deja ver esta imagen, porque tras eso había gente malviviendo, tanto adultos hombre y, sobre todo, mujeres y niños, intentando sobrevivir con el poco sueldo que ganaban y en malas condiciones de trabajo y, por lo tanto, también de salud.
Como se ve, por ejemplo, en esta fotografía.
Aunque realmente no creo que refleje de forma exacta cómo eran (y son) aquellos lugares, aquellos niños y aquel ambiente, puesto que la imagen parece un poco más optimista de lo que verdaderamente era, sí podemos hacernos una idea.
Vemos a niños, todos o casi todos, menores quizá de 16 años, trabajando en un espacio reducido para la cantidad de gente que hay, entre polvo, carbón y materiales perjudiciales para la salud, con las caras sucias y la ropa rota.

Está claro que la industrialización nos ha llevado a donde estamos actualmente, y que seguimos avanzando también por ella, por lo que ha traído numerosas cosas buenas, pero también debemos pararnos a pensar —y es algo que por lo normal no hacemos— en lo que se ha sacrificado para conseguir estos avances. Y es una pena que gente haya pasado por esas situaciones, y que hoy por hoy, en el siglo XXI, aún siga pasando.